miércoles, 2 de marzo de 2011

La mirada sueca


No fue una gran campeona, su apellido no adorna ningún medallero olímpico, pero su mirada hipnótica y su actitud insultantemente hermosa –más propia de una película de Bergman que de una pista de atletismo– lleva más de medio siglo seduciéndonos desde este viejo negativo en blanco y negro. Ocurrió en 1956, en los JJ OO de Melbourne (Australia), el famoso fotógrafo deportivo George Silk se encontraba cubriendo la prueba de salto de altura femenina para la revista Life cuando, de repente, casi escondida entre el resto de participantes, su cámara encontró a esta joven y desconocida atleta sueca, de tan sólo 20 años, llamada Gunhild Larkin. Su dedo comenzó a disparar instintivamente. No podía parar. No sabía quién era, pero intuía que estaba ante uno de estos momentos mágicos que rara vez se presentan. Larkin no ganó, ni siquiera estuvo entre las mejores, pero esta instantánea se convirtió en una de las imágenes más famosas (y más sexies) de la historia del deporte. Un icono, convertido en póster, que aún hoy nos deja embobados.
(por Daniel Entrialgo).

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